Hoy quiero hablarte de Las Marcas — una región especial por muchas razones, y no solo porque sea la mía.
Para empezar, ¿te has fijado en el artículo “Las”? Sí, ese, el artículo femenino plural.
Las Marcas son, de hecho, la única región italiana cuyo nombre está en plural. Curioso, ¿verdad?
El nombre proviene del término germánico “mark”, que significa “frontera”. La región se llama así porque representaba uno de los límites del Sacro Imperio Romano. En particular, Carlomagno y los emperadores que le sucedieron confiaron a los nobles (los marqueses) varios feudos (marquesados), entre ellos la Marca de Ancona. Había varias marcas: la Marca de Fermo, la Marca de Camerino, y así sucesivamente. ¡Imagínate que todavía existen hoy las ciudades de Ancona, Fermo y Camerino!
Todos estos territorios fueron posteriormente reunidos, por razones geográficas, administrativas e históricas, en una sola región, dando origen así a su nombre en plural.
En segundo lugar, Las Marcas no son plurales solo gramaticalmente, sino también por su diversidad paisajística y cultural.
Desde el mar hasta las montañas, pasando por suaves colinas, innumerables pueblos antiguos y ciudades de arte, Las Marcas ofrecen una auténtica “destilación de Italia”, como escribió Guido Piovene en su libro “Viaje por Italia.” En realidad, con su variedad de paisajes, historia, cultura y tradiciones, Las Marcas representan una síntesis de la identidad italiana — como si contuvieran en sí mismas la esencia de toda Italia.
Creo que Piovene tenía toda la razón, y añadiría que hoy Las Marcas son uno de los pocos lugares donde el tiempo parece haberse detenido, donde aún se puede disfrutar de la vida a un ritmo más pausado, observando las huellas de un pasado lejano, tocado — pero no alterado — por la modernidad.

